Bajo el influjo de las imágenes. Sobre el Cine de Jean-Gabriel Périot

 

Pocos cineastas, como Jean Gabriel Périot, nos vienen a demostrar hoy en día que el cine no sólo puede ser político, en el sentido de tratar contenidos de tal carácter, sino que puede ser políticamente realizado, es decir, asumir un programa estético que cuestiona no sólo es status quo de la representación sino también su difusión. Su cine no es el del militante, se centra en la pregunta sobre las dinámicas de la propia política, amén de la política de la representación. Así, la revancha o la destrucción, más allá de las justificaciones que pudiesen enarbolarse, se presentan como otras preguntas que se espetan acuciosamente contra el sentido común, o, por lo menos, contra el ánimo que construye las respuestas apresuradas del dolor. Ubicado en el terreno de la tolerancia, el cine de Périot se plantea como una exposición, con todo lo que tiene de galería. La acumulación sobre la base de un campo semántico delimitado, nos advierte respecto de los cambios que en nuestros tiempos ha sufrido la percepción. Por lo menos, la velocidad como uno de sus parámetros, algo explorado ampliamente en el cine experimental y que, aquí, viene a recordarnos, también políticamente, cómo ha cambiado nuestra percepción junto al mundo.

Una película como Aunque ella fuese criminal..., construida sobre el archivo de la humillación, nos viene a recordar que el triun.fo puede generar monstruos tan deleznables como los de la razón. Undo es una marcha atrás que nos urge a preguntarnos sobre qué bases hemos construido nuestro bienestar. Dies Irae es una reflexión de los caminos que nos conducen al horror. The Barbarians nos muestra las diversas manifestaciones del poder, desde el que se ejerce como un modo de vida, aparentemente pasivo, hasta el que surge activamente desde la sociedad como una respuesta desesperada. No todo lo que Périot muestra en sus películas es evidentemente político, en el sentido más contingente del término, pero su elección se demuestra política en la cadena de asociaciones que despliega cada uno de sus trabajos. Una película como Under Twilight por ejemplo, se inicia con la visión de aviones, aparatos que bien podrían considerarse parte de una retórica de lo celestial, sin embargo son seguidas de múltiples imágenes de bombardeos. Aun así, más allá de la consciencia de la catástrofe que implican estas imágenes, hay belleza en ellas. El tratamiento que Périot les da no está lejos de las experiencias perceptivas de otros exponentes del cine experimental, a los que pudiésemos remitir, como Bruce Conner o Ken Jacobs. No es menos importante considerar que la materia prima de Périot es el archivo. Las imágenes que manipula son las que producimos, particularmente las que se producen para el consumo público: la publicidad, la televisión, la pornografía, etc. encuentran aquí un nuevo sentido, rebasadas por procedimientos que las re-contextualizan y las transforman en una amalgama de nuevas significaciones.

 

Por Udo Jacobsen
Fic Valdivia, 2012